¡¡MAS QUE VENCEDORES EN CRISTO!!

El martes cuando llamé a Isabel y a Emilio para saber como estaban las cosas por allá, me sorprendió enterarme que estaban predicando casa por casa e invitando a la gente para la reunión de oración que empezarían por primera vez el día jueves a las 7:00 pm., estaban algo asustados porque estarían ellos solos dirigiéndola, pero el sábado cuando nos reunimos después del servicio, les encomendamos esta tarea, ya que sabíamos que tendrían la responsabilidad y el compromiso delante de Dios para llevarla a cabo, confiábamos plenamente en ellos como líderes, se estaban esforzando, poniendo lo mejor de ellos para servir con todo su corazón a Dios.
Esta aptitud de compromiso, de parte de ellos trajo alivio a nuestro corazón y quietud a nuestra alma, oramos a nuestro Padre para que les fortaleciera porque sabíamos que esta sería una semana muy dura para ellos, porque teníamos el encuentro el día 14 y sabemos cómo el enemigo se levanta para hacer que las almas se pierdan de esta bendición.
Los llamamos a diario en las noches, para apoyarlos y dirigirlos en cualquier duda que tuvieran, hicieron ayuno y estaban orando por las almas con una pasión tal que hizo que se estremeciera nuestro espíritu y desbordara nuestro amor por ellos.
Fue ardua la tarea, el enemigo les atacó y el jueves en la noche fue la más cruenta batalla...
Antes de la reunión de oración, todo marchaba bien cuando les llamé, pero las cosas cambiaron después...las personas que iban al encuentro dijeron que ya no podían asistir, unos estaban enfermos, otros no habían cobrado y un sin fin de cosas más...¡¡¡el enemigo comenzó su ataque!!!
Pero nosotros no nos íbamos a dejar vencer, ya Dios nos había dado la victoria, este mes sería nuestro y lograríamos lo que no logramos en los dos meses anteriores...esa era nuestra convicción y nos aferraríamos a esa promesa costara lo que nos costara...los llamamos y oramos por ellos, para que no perdieran la fe, teníamos que luchar hasta que el enemigo huyera!!! empezamos a llamar refuerzos para que nos apoyaran en oración, nos pusimos nuestra armadura completa, durante toda la noche estuvimos guerreando y reprendiendo y apenas dieron las 4 y 30 de la madrugada, empacamos nuestras maletas y nos dispusimos a asistir a nuestros discipulos en el campo mismo de batalla.
Al llegar allá Isabel se encontraba buscando unos donativos para pagar algunos de los encuentros, llamamos a Emilio que se encontraba trabajando, pero nos dijo "hasta las once nada mas, después me esperan", cuadramos con Isabel y nos dividimos el trabajo, esta vez el enemigo sería derrotado, estabamos unidos, en un mismo espíritu, una misma meta, llevar a esas almas al encuentro...
Fuimos a la casa de Henry, jóven por el cual se oró porque se encontraba postrado en cama con su cuerpo cubierto de llagas que supuraban, no caminaba, los médicos no tenían cura para su mal, ellos le habían deshausiado, pero Dios tenía otro propósito con el, al verle este sábado se llenaron nuestros ojos de lágrimas al ver el milagro que había hecho nuestro Padre con su vida, estaba totalmente cambiado, su rostro era otro y estaba mucho mas "rellenito", sus llagas se habían secado y estaba caminando y hablando completamente restaurado, era impresionante ver el cambio que tenía, le preguntamos que si iba al encuentro y nos comunicó que no tenía posibilidades...pero en Dios todo es posible..."te pasamos buscando a la una de la tarde, empaca, vendremos por tí"...no dejábamos que se levantara ningún argumento, salimos de su casa y fuimos a la casa de Doña Ana, allí nos encontramos con todas sus hijas e hijos llorando, porque el médico les había dicho que ya no había esperanzas para el Sr. Antonio y que estuvieran preparados para lo peor. Ya su cáncer estaba muy avanzado decían.
Cuando hablábamos con ellas sale a nuestro encuentro él con la mano en su estomago, quejándose de que el dolor que tenía era muy fuerte, que esto le impediría ir al encuentro, a la misma entró a la casa, siguiéndolo el hermano Daniel, quien pidió a las hijas e hijos y a la esposa que se reunieran al lado de el, porque orarían inmediatamente a su Padre..
El hermano les habló de la fe y del propósito de Dios en la vida de esa familia que había abierto sus puertas para adorar a Dios desde que nosotros llegamos a Tucacas, oramos fuertemente reprendiendo el dolor y la enfermedad, durante el transcurso de la oración las hijas y la esposa empezaron a aferrarse a Dios y esperaban de un milagro, poco a poco fue creciendo la confianza y la paz, al terminar aquella poderosa oración, volvimos a preguntarle si quería ir al encuentro, esta vez dijo que si...su esposa lo acompañaría y su nieto también...otra victoria obtenida!!!.
Nos encontramos con Isabel, había conseguido 700,00 Bs. F en donativos, con los cuales se podrían pagar el encuentro de 4 personas con sus respectivos pasajes, otra victoria más!!! Isabel estaba agotada, la abrazamos y le contamos lo de Henry y Antonio, no podía creerlo!!!, Dios estaba venciendo, ya habíamos confirmado entre los tres a seis personas!!!
Seguimos nuestra batalla, buscamos a todos los que se habían anotado, hablamos con ellos, les hablamos del enemigo cuando se levanta, que no se dejaran robar la bendición, unos se levantaron en fe, otros no, les prestamos el dinero a quienes no había cobrado, nos unimos como hermanos, como un solo cuerpo, asumimos el problema de uno como de todos y así los íbamos resolviendo. Y al final de toda esa guerra esto fue lo que sucedió....pero no lo contaremos, les mostraremos las imágenes para que ustedes mismos lo vean...Para que ustedes puedan crecer en fe y entiendan que en Cristo somos más que vencedores!!!!!!!!!!






¡¡¡ONCE PERSONAS LOGRARON VENIR AL ENCUENTRO!!!ONCE personas que le quitamos al enemigo de las manos, después que ellos habían desistido...más nosotros, no nos dimos por vencidos, derribamos todo argumento que quiso levantarse, no fue fácil la tarea, nos costó, lágrimas, ayunos, oración diaria y constante, guerra espiritual y unidad entre líderes y discípulos y por sobre todas las cosas nunca dejamos de confiar en nuestro Dios, él nos ayudó en todo este proceso, hubo sacrificios, hubo entrega, lealtad y amor por las almas. Eso lo aprendimos de nuestros pastores, debemos amar las almas perdidas...Gracias Dios por las victorias obtenidas. Gracias pastores y líderes por el apoyo prestado.Gracias a todos por las oraciones...









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