Madrugaron y se trasladaron en moto hasta el sitio en donde encontraron al sr. José solo, pues su esposa e hija estaban ya en el hospital donde iba a ser intervenida quirúrgicamente. Pero eso no impidió que cumplieran el propósito de su viaje, uniéndose al sr. José elevaron una oración al Padre y clamaron por la mejoría de Alba. Ese día José tomó la mejor y más importante de las decisiones, dejar entrar a su corazón a Jesucristo.
En ese mismo instante se abrieron las puertas de esa casa para oración y las de Tucacas para que entrara la Palabra de Dios en la vidas de sus habitantes por medio del Centro Crsitiano de Los Teques.
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